La mujer del dependiente encontró un resquicio a su vida en el papelito que encontró en el bolsillo de la chaqueta de su marido. No dijo nada. Lo escondió en un bote y durante varios días lo leía a escondidas.
Al tercer día llamó al número escrito en el papel.
La mujer del dependiente sintió un latigazo en su vientre cuando oyó la voz profunda y quebrada de la mujer de piedra.
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